El coronel Hilario Fernández Bujanda.

      En memoria de él y de su hijo, Antonio Fernández Jorge.

Este señor de la fotografía es el coronel de carabineros Hilario Fernández Bujanda. Y hoy estamos recuperando su imagen de manera pública. Porque hasta hoy, hasta donde sabemos, ninguna fotografía suya había sido publicada.

Durante años el “coronel Fernández Bujanda” dio nombre a la columna sobre la que estamos hablando. La Junta Delegada del Gobierno le había nombrado su mando máximo, de las dos secciones que la componían. De la sección formada por guardias civiles ( que mandaba a su vez el comandante de la guardia civil, Francisco Rios Romera) y de la sección formada por milicianos ( a cuyo mando estaba el capitán Luis Sirera Tio).

Sabíamos que era republicano. Y que murió fusilado. Más adelante, pronto, veremos cuándo y dónde.Y ya.

Hasta que hace unos años contactamos con su hijo*. Un señor ya mayor que peleaba desde hacía unos cuantos años con dos cánceres, de colón y páncreas, frente a los que resistía aferrándose al cordón umbilical que le unía con la memoria de su padre, con lo poco que sabía de él, y con las ganas de saber más.

El sabía, no desde hacía mucho, de la historia de su muerte.

El sabía, desde siempre, que su madre también había sido republicana y concejala en Gandía ( aunque nuestras pesquisas nos hacen pensar que debió serlo de algún pueblo cercano, pero no de Gandía).

Y el sabía, desde siempre, porque este era su único recuerdo, que le gustaba el “cointreau”, pues tenía grabada la imagen de su padre sentado en el sillón, cogiéndole en brazos y llevándole a los labios un dedo levemente mojado con esta bebida ( que reconoció años después, el día en que ya de adulto volvió a probarla ).

A mí me llamaba la atención que a Antonio, que era como se llamaba, le gustara que le llamaran Jorge, por su segundo apellido. Pienso que era para intentar reparar tanta separación, tanta ausencia. Para que luego se diga que estamos reabriendo heridas, como si estas no estuvieran todavía abiertas, incapaces de cicatrizar sin el ejercicio de la memoria.

El caso es que Jorge sabía también algunas cosas más. Algunas que pudimos contarle nosotros, y que le hicieron sentirse orgulloso, antes de que nos dijera adiós. Y cual era el aspecto de su padre, cual era el aspecto del coronel de carabineros Hilario Fernández Bujanda.

Porque un día, abrió su carpeta, y nos dijo. “Este era mi padre”.

Luego nos regaló esta fotografía. Para que la mostráramos. Y pudimos ver, una vez más, su hermosa sonrisa triste y el brillo inocente de sus ojos.

* Gracias a la amabilidad de Matías Alonso, que había sabido de él previamente.